miércoles, 29 de octubre de 2008

Policastro y el realismo social.

Al preguntársele sobre su biografía respondió: "Es una historia triste como la de todos los pobres". Enrique Policastro, desde pequeño tuvo que ayudar económicamente a su familia al quedar huérfano de padre. Fue un pintor autodidacta. Observando al pintor español Vila y Prades hizo sus primeros ensayos de color; en realidad su único maestro fue el museo, en muda contemplación aprendió a pintar conforme a su propio temperamento. Su historia artística comienza verdaderamente en 1925 con tres obras, "La Obrerita", "Doña Carmen del Parque Patricio" y "Las traperas", al Salón Nacional de Bellas Artes.
En la misma dirección de solidaridad con las clases populares se constituyó el movimiento de Boedo, que congregaba a artistas y escritores alrededor de la revista "Los Pensadores". Pero el grupo de Boedo sacrificaría los valores plásticos de la pintura a su contenido ideológico, por lo cual se minimizó lo que era escencialmente pictórico. No obstante, dejó su semilla y la bandera de la pintura social fue enarbolada por una nueva agrupación que también intentó el acercamiento al pueblo. Las figuras más prominentes dentro de esta línea fueron Antonio Berni, Lino Spilinbergo, Juan Carlos Castagnino, Demetrio Urruchua y Raquel Forner. Las características del nuevo realismo social eran: dibujo objetivo capaz de acentuar los efectos que concurren al fin de la denuncia social, modelado imitativo y resonancias oscuras y hasta dramáticas del color, elección de temas que reflejan algún aspecto triste o doloroso de la realidad.
Policastro se destacaba en el grupo por una personalidad bien definida, por su propia cosmovisión y manera de encarar la pintura. Posteriormente formó un cuarteto con Berni, Castagnino y Urruchua en exposiciones y publicaciones. Los unían las mismas ideas y convicciones: el antifascismo y antifranquisco, además de la simpatía por los movimientos revolucionarios latinoamericanos. Sin embargo, sería erróneo creer que Policastro sometió su arte a la ideología. En efecto, la pintura y el arte estuvieron para él en primer lugar.

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