martes, 28 de octubre de 2008

Contenido reivindicativo y expresión alternativa

El arte callejero se nos presenta sin elección y por eso puede mostrarnos la intencionalidad del contenido. Pero convengamos que muchas veces no en todas las obras encontramos un mensaje, por lo menos no inteligible para el común de la gente.
El arte callejero expresa en la mayoría de sus manifestaciones la forma irónica y chocante de ver la sociedad. Existen en él las intencionalidades políticas o relacionadas con la lucha social que se muestran inmediatamente a la luz de los ojos y que forman parte de la crudeza de estas expresiones. Hay también mensajes particulares que se establecen en el lugar público y quizá también nos denoten algo. Incluso podemos hacer un contraste entre los límites cómicos, tragicómicos y oscuros de estas exteriorizaciones urbanas.
Por eso podemos enunciar que el arte callejero varía en su mensaje, en su intencionalidad como también lo hace en su modalidad. En cuanto a esta última podemos describirla por una gran cantidad de técnicas encuadradas en el uso de plantillas (stencils), posters, pegatinas, murales, afiches y el ya reconocido grafitti.
El uso de plantillas (stencil) y pintura en spray, a menudo con un mensaje político, cobra especial relevancia en París en la segunda mitad de los años 60. Sin embargo, no es hasta mediados de los años 90, con la aparición de artistas como el norteamericano Shepard Fairey y su campaña "Obey" (Obey Giant) (Obedece al gigante), ideada a partir de la imagen del personaje de lucha libre americana Andre The Giant y llevada a cabo mediante el uso de posters y plantillas, cuando las diversas propuestas de este tipo cobran auge en distintas partes del mundo y son percibidas en su conjunto como parte de un mismo fenómeno o escena.
El mensaje original de esta campaña, inexistente, se erigió haciendo referencia a sí mismo, sin otro significado más que el mismo medio. Sin embargo, desde mediados de los noventa ha sido una de la imágenes de cultura urbana más veces reproducida y parodiada por otros artistas y el artista responsable de esta campaña ha creado una potente empresa de merchandising con esta imagen. Se ha parafraseado a manera de homenaje y otras como ironía, pero ha servido como base importante para el desarrollo del arte callejero en todas las capitales del mundo.
Muy a menudo se relaciona a la "izquierda politica" con este arte ya sea por sus contenidos, por sus modalidades y formas, y por los lugares elegidos. Las imágenes "anti bush", "pro aborto legal" o las reivindicaciones con "el rostro del Che Guevara" nos podrían hacer suponer esa relación, pero convengamos que la mayoría de los mensajes existen en el común de la gente, no de una manera explícita, pero están ahí. Además también podemos encontrar pintadas de los sectores más conservadores o de derecha de la sociedad, que de alguna manera existen también en los pensamientos colectivos. Por eso en las sociedades diversas y cosmopolitas como la de Buenos Aires y la de la mayoría de las grandes ciudades latinoamericanas el stret art es una forma de manifestación que roza con su mensaje lo inmoral en lo público pero lo esencial en lo privado. El arte urbano plasma las obras a la vista de todos, exteriorizando de esta manera los significados del contenido social en una modalidad colectiva, accesible e inmodificable.